PAÑUELOS PARA AVANZAR

Hubo un tiempo en el que un hombre vendía pañuelos en un semáforo del centro de una gran ciudad.

Como pasaba tanto tiempo en el mismo lugar y a las mismas horas, las caras de los conductores se repetían.

Las ventas eran bajas. Así que un día decidió cambiar de estrategia. A los conductores que ya conocía les ofrecía gratis un paquete de pañuelos de papel con un detalle en su interior.

Los conductores estupefactos ante el regalo ajeno lo recibieron con desinterés. Algunos lo rechazaron.

Al día siguiente cada conductor volvió a recibir otro regalo dentro del paquete de pañuelos. Algunos conductores habían descubierto el regalo en su interior y propinaban al vendedor con una sonrisa y una moneda.

Día a día, el vendedor se ganó la confianza de los conductores y las propinas iban en aumento. Cuanto más subían las propinas, los regalos aumentaban de valor. El vendedor parloteaba con muchos conductores, hablaban de cosas cotidianas y eso ayudaba al vendedor a conocer mejor a sus clientes.

Un día, la policía se llevó al vendedor ambulante en plena jornada laboral. El semáforo cambió pero nadie avanzaba. Verde, naranja y de nuevo rojo. Todos los colores eran interpretados de la misma manera por los conductores. ¿Dónde está el vendedor? El atasco fue tal que apareció en las noticias de la noche.