PANTALLA REVOLTOSA

Una subida de tensión dió vida a una pantalla de ordenador.

De noche, sin que nadie le observara, comenzó a juguetear como un niño por la oficina: se conectó a ordenadores potentes, se sintonizó, proyectó canales musicales y pornográficos....

Salió a la calle y cautivó a todos con los que se cruzó, les encantaba, se ayudaba de internet, de su música, de sus vídeos, hasta que dió con el joven del parque.

Ignoró a la pantalla; parecía que su única preocupación fuesen sus pensamientos. La pantalla, después de una exhibición y molesta por no llamar la atención, se obsesionó con el joven.

Deprimida, vivía y proyectaba para él, le perseguía, aunque el chico siempre hacía como si no estuviese.

Consumida por el joven la pantalla malgastó su vida. Fué otra víctima del famoso virus infeccioso llamado "querer lo que no puedes tener"

AGOSTO, AUGUSTO

Agosto, Augusto, trabajador amargado, va titireante a una entrevista de trabajo; saliendo del shock filosófico-comercial producido por preguntas tipo "¿Cómo te definirías?", se ve obligado a hablar en inglés como parte de la prueba, para acabar de rematarla.

Vuelve deprisa a su feo trabajo, aguanta la rutina y se decepciona con las presiones de la empresa. Su chica, hundida, le llama contagiándole su malestar.

Explota, un dolor zumboso se coloca en su cabeza. Las tensiones acumuladas afectan a los actos personales y a modo de traca, pequeñas explosiones se suceden hasta que la pólvora se acaba. En una de ellas, llena de letras este papel en una explosión provocada, derramando una bomba de tensión polvorosa.