SUEÑOS

Un niño y su madre bajan cada tarde al parque.
El niño, curioso, observa una columna de metal que brota del suelo. Está colocada en un lugar estratégico, pero nadie le hace caso, es una fuente sin pitorro.
Con miedo , el niño lanza el balón en aquella dirección y reclama la compañía de su madre.
El niño pregunta por aquello, y con las respuestas crece su impaciencia: que si una máquina para sacar agua, que si un columpio roto del parque.
El niño insiste, pregunta dónde va aquel agujero que entre rejas se adentra en la tierra.
-Al otro lado del mundo, contestó la madre.
Al ver la apertura de ojos que había provocado, la madre continuó.
-La tierra es redonda y nosotros estamos sobre ella, como si nos subiesemos a una pelota enorme. Y este agujero llega hasta el otro lado del mundo.
-Y... ¿Para qué sirve? preguntó él.
- Mira, tu puedes hablar por aquí y lo que digas lo escuchará alguien al otro lado del mundo
El niño, impaciente, se agachó y se dispuso a gritar.
-¡Espera! tienes que saber una cosa más. Tienes que decir cosas bonitas, allí es de noche y están durmiendo. Lo que digas por ahí lo escucharán en sueños, ¿y no queremos que tengan una pesadilla, no?
El niño, agachado, esperó que acabara, cogió aire y gritó por el agujero:
-EO, EEEOOOO. ¿Jugamos a un juego?

VISIÓN RURAL