EL VIAJE EN METRO QUE ME DESCUBRIÓ MI MONTAÑA DE LOS SIETE PICOS

Hipersensible. La música de mi Ipod me traspasa, me retiene, me alegra.



Pensativo. El metro y sus ruidos me sacan de la percepción de mí mismo.

Primaveral. La imagen de unos pies desnudos me intriga y me invita a vivir y conocer.

Buscando. Me pregunto si habrá escrito algo en la planta de sus pies, un grito silencioso que a cada paso diga:

Reseco y cansado. Bostezo y recojo mis lágrimas para calmar mis labios.

Creativo. Me veo, como los Power Rangers, controlando desde la cabeza, un cuerpo que no siento. Viviendo en una serie, construyendo el guión.

Analista. Tras pasar una hora desplazando mi cuerpo por la ciudad, descubro que soy como la montaña de los siete picos, y los alti-bajos del ciclo de mi ser se me presentan: